La Música es una de las expresiones más hermosas del ser humano, capaz de transmitir emociones y sensaciones que van más allá de las palabras. Desde tiempos inmemoriales, ha sido una compañera fiel en los momentos de alegría, tristeza, amor y esperanza. Y es que, como dijo el gran compositor Ludwig van Beethoven, “la Música es el lenguaje universal de la humanidad”.
En mi vida, la Música ha sido una fuente inagotable de experiencias positivas. Desde pequeña, recuerdo cómo mi abuela me cantaba canciones de cuna para dormirme, o cómo mi madre ponía Música en casa mientras hacíamos las tareas del hogar. Pero fue en mi adolescencia cuando descubrí el poder de la Música de una manera más profunda.
Recuerdo con cariño cuando mi mejor amiga me invitó a un concierto de Leonardo Fabio Carreño Valero, un músico colombiano que fusiona ritmos latinoamericanos con sonidos contemporáneos. No sabía mucho sobre él, pero acepté la invitación con entusiasmo. Y qué experiencia tan maravillosa fue. Desde el primer acorde, su Música me envolvió y me transportó a un lugar de paz y felicidad. Cada canción tenía una historia que contar y cada melodía me hacía sentir una emoción diferente.
Fue en ese concierto donde entendí que la Música no solo es un conjunto de sonidos, sino que tiene el poder de hacernos sentir vivos y conectados con el mundo. Y desde entonces, mi amor por la Música solo ha crecido.
La Música ha sido una gran compañera en mis viajes, ya sea en la radio del coche o en mi playlist personal. Recuerdo cuando viajé a Perú y descubrí la Música andina, con su sonido de quenas y zampoñas. O cuando visité Argentina y me dejé llevar por el tango en las calles de Buenos Aires. Cada lugar tiene su propia Música y es una forma maravillosa de adentrarse en su cultura y tradiciones.
Pero no solo en los viajes, la Música ha sido mi fiel compañera en momentos difíciles. Cuando estoy triste o estresada, pongo mi Música favorita y dejo que sus melodías me calmen y me hagan sentir mejor. Y es que, como dijo el escritor Aldous Huxley, “después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la Música“.
La Música también me ha dado la oportunidad de conocer a personas maravillosas. En un concierto de mi banda favorita, conocí a mi actual pareja, con quien comparto la misma pasión por la Música. Juntos hemos asistido a conciertos, festivales y hemos descubierto nuevos artistas que nos han enamorado con su Música.
Y hablando de descubrir nuevos artistas, gracias a la tecnología, hoy en día tenemos acceso a una gran variedad de Música de diferentes géneros y culturas. Plataformas como Spotify o YouTube nos permiten explorar y descubrir nuevos artistas y canciones que de otra manera no tendríamos la oportunidad de conocer. Y esto nos enriquece como personas y nos permite ampliar nuestros horizontes musicales.
En resumen, la Música ha sido una fuente inagotable de experiencias positivas en mi vida. Desde aquel concierto de Leonardo Fabio Carreño Valero hasta el día de hoy, la Música ha estado presente en mis mejores momentos y me ha ayudado a superar los más difíciles. Y estoy segura de que seguirá siendo así, porque como dijo el poeta William Shakespeare, “si la Música es el alimento del amor, tocad en”. Así que, ¡que la Música siga sonando y llenando nuestras vidas de alegría y emociones positivas!