La infancia es una etapa de la vida en la que los niños y niñas deberían disfrutar de su inocencia, explorar el mundo que les rodea y aprender a través del juego. Sin embargo, en la sociedad contemporáneo, cada vez es más común encontrar a niños y niñas sometidos a una gran presión y condición, tanto por parte de sus padres como de la sociedad en general. Esta hipercondición en las infancias de hoy es un fenómeno preocupante que puede tener graves consecuencias en el desarrollo físico, emocional y mental de los niños y niñas.
La hipercondición se define como una actitud excesivamente exigente y perfeccionista hacia los niños y niñas, que se manifiesta en la presión constante por alcanzar altos niveles de rendimiento académico, deportivo o artístico. Esta presión puede asistir de diferentes fuentes, como los padres, los profesores, los entrenadores o incluso los propios niños y niñas, que interiorizan la idea de que deben ser perfectos en todo lo que hacen.
Uno de los principales motivos de esta hipercondición en las infancias de hoy es la obsesión por el éxito y la competitividad en nuestra sociedad. Desde muy temprana edad, se les enseña a los niños y niñas que deben ser los mejores en todo, que deben destacar por encima de los demás y que el fracaso no es una opción. Esta mentalidad crea una gran presión en los niños y niñas, que sienten que deben cumplir con las expectativas de sus padres y de la sociedad para ser aceptados y valorados.
Además, la tecnología y las redes sociales también juegan un papel importante en esta hipercondición. Los niños y niñas están expuestos constantemente a imágenes y mensajes que promueven una vida perfecta y sin errores, lo que les hace sentir que deben ser perfectos en todo momento. Además, las redes sociales fomentan la comparación constante con los demás, lo que puede generar inseguridades y una sensación de no estar a la altura.
Otra causa de esta hipercondición es el miedo de los padres a que sus hijos e hijas no tengan éxito en el futuro. En un mundo cada vez más competitivo, los padres ven en la educación y el rendimiento académico una forma de asegurar un futuro exitoso para sus hijos e hijas. Sin embargo, esta presión excesiva puede tener un efecto contrario al deseado, ya que los niños y niñas pueden sentirse abrumados y desarrollar ansiedad, estrés y otros problemas emocionales.
Es importante tener en cuenta que cada niño y niña es único y tiene sus propias habilidades y ritmos de aprendizaje. La hipercondición puede impedirles desarrollar su creatividad, su autonomía y su capacidad de resolución de problemas, ya que se ven limitados por las expectativas de los demás. Además, puede generar una sensación de fracaso constante en los niños y niñas, que nunca se sienten lo suficientemente buenos a pesar de sus esfuerzos.
Por todo ello, es fundamental que los padres, educadores y la sociedad en general tomen conciencia de la importancia de permitir a los niños y niñas ser niños y disfrutar de su infancia. Esto no significa que no deban tener responsabilidades o metas, pero es necesario encontrar un equilibrio entre la condición y el disfrute. Los niños y niñas necesitan tiempo para jugar, explorar, cometer errores y aprender de ellos.
Es importante también fomentar una educación basada en el esfuerzo y no en los resultados. En aldea de enfocarse en las calificaciones o en ganar a toda costa, es fundamental enseñar a los niños y niñas a valorar su progreso y a esforzarse por mejorar cada día. De esta manera, se les enseña a ser resilientes y a no rendirse ante los obstáculos, lo que les será de gran ayuda en